CÓMO EMPEZAR A RESPIRAR CON CONSCIENCIA Y SIN PRISA
¿Y tú… respiras o simplemente sobrevives?
Vivimos en un mundo que nos exige velocidad, pero nuestro cuerpo solo puede sostener el presente si encuentra una respiración que lo habite. ¿Y si lo que estás buscando no fuera más esfuerzo, sino más espacio?
El pranayama no es solo una técnica de respiración, es un puente entre el cuerpo y la mente, entre lo visible y lo sutil. Y como todo puente sólido, necesita cimientos.
Empezar por la base: qué es realmente el pranayama
En sánscrito, “prana” es la energía vital que anima todo lo que existe, y “ayama” significa extender o expandir. Pranayama es, por tanto, la expansión consciente de la energía vital a través del aliento.
En la tradición de B.K.S. Iyengar, el pranayama es una parte central del yoga, pero también una de las más delicadas. No se accede a ella desde la fuerza, sino desde la sensibilidad y la madurez de la práctica de asana.
En clase trabajamos una idea clave: pranayama no es una técnica de control, sino una relación consciente con la respiración. El cuerpo se prepara, se sostiene y se abre para que el aliento pueda transitar sin interrupciones.
¿Por qué es tan importante empezar desde el principio?
Porque sin una base sólida, la respiración se convierte en un acto forzado.
Porque sin comprender cómo nos sentamos, cómo apoyamos la columna, cómo permitimos que el vientre se relaje… el pranayama no ocurre. Solo se imita.
Iyengar decía:
"La respiración es el cordón que mantiene unidas la mente y el cuerpo."
Y ese cordón se fortalece a través de la observación, la quietud, la repetición y la paciencia.
Errores comunes al comenzar con pranayama
- Pretender controlar demasiado pronto: querer modificar el ritmo respiratorio sin haber asentado el cuerpo.
- Obsesionarse con la técnica: pensar en “cómo hacerlo bien” en lugar de observar qué está ocurriendo.
- Ignorar el soporte físico: no usar los apoyos necesarios para liberar el abdomen o la caja torácica.
- Forzar la inspiración o espiración: el aliento se vuelve tenso, y con él, la mente.
Secuencia propuesta
A lo largo de la práctica, fuimos sentando las bases del pranayama a través de estas acciones:
SETU BANDHA CON SOPORTE
Construcción de un espacio interior desde la apertura pasiva del tórax y el abdomen.
Duración: 10-12 min
SAVASANA CON PESO EN EL VIENTRE
Para tomar consciencia del ritmo respiratorio y del movimiento sutil del abdomen.
Duración: 10 min
PRANAYAMA EN SAVASANA CON SOPORTE
Con el bólster largo bajo la espalda: la caja torácica se libera para observar el fluir del aliento sin modificarlo.
Duración: 15 min
SENTADO EN SILLA O POSTURA ELEVADA (SIDDHASANA CON APOYOS)
Con la columna bien sostenida, sin hundir el abdomen ni tensar el cuello. Respiración natural y sin retención.
Duración: 15 min
RESPIRACIÓN EN TRES ETAPAS (ABDOMINAL, COSTAL, CLAVICULAR)
Exploración guiada sin forzar. Solo observar las distintas fases de la respiración.
Duración: 10-12 min
PRANAYAMA SUAVE CON EXPIRACIÓN LIGERAMENTE ALARGADA
Sin retención, solo dejando que la espiración se alargue de forma natural.
Duración: 10 min
SAVASANA FINAL (INTEGRACIÓN)
Permitir que el cuerpo y el aliento integren lo practicado.
Duración: 10 min
Si quieres empezar hoy…
Coloca una manta enrollada o un bólster largo en el suelo. Túmbate encima, con el soporte desde las dorsales hasta la cabeza. Las piernas pueden estar en el suelo o sobre una silla.
Coloca un pequeño saco de arena (o una toalla doblada) sobre el abdomen.
Cierra los ojos y observa: ¿respiras o te respiran?
El pranayama comienza mucho antes de alargar la respiración. Empieza cuando decides escucharla.
Empieza cuando das prioridad a la calma y no al control.
Empieza cuando te sientas, te tumbas y simplemente estás.
Si sientes que ha llegado tu momento de respirar distinto, acompáñame en mis clases o suscríbete al blog para recibir más propuestas de práctica y reflexión.
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